El pasado sangriento de Manuel Fraga, fundador del PP

 

Hablar de Manuel Fraga, es hablar de un gran charco de sangre, es hablar de crímenes contra la humanidad, es hablar del Partido Popular.

A Fraga no le temblaba el pulso, era Ministro aquel día que se decidió por orden del Consejo de Ministros fusilar a Julián Grimau, cuando ordenó a la policía asesinar al estudiante Enrique Ruano y que posteriormente disfrazaron como un suicidio, también lo es de los trabajadores asesinados en Vitoria, siendo Ministro de Gobernación, órdenes de no dejar a ninguno en pie.

Recordemos a Grimau, miembro del PCE y al estudiante Enrique Ruano, "ya ha muerto un estudiante, no sería bueno que murieran más".

Recordemos los nombres de Pedro María Martínez Ocio, Francisco Aznar, Romualdo Barroso, José Castillo y Bienvenido Peredo, cinco trabajadores en huelga acribillados por la policía de Fraga. "¡Buen servicio!, aquí ha habido una masacre, pero, de verdad, una masacre".

Recordemos los miles de interrogatorios policiales que se hicieron bajo sus órdenes, torturas como las que sufrió Lidia Falcón, "ya no parirás más, puta".

Recuerden al PP su pasado sangriento cuando hablen del terrorismo de ETA. "No les gustará tanto".